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Hablemos de e-learning

Uno de los aspectos que más preocupa a las organizaciones es cómo se podrán capitalizar las oportunidades que presenta el mercado laboral en los próximos años con el talento apropiado, las capacidades requeridas, en el momento oportuno, en el lugar adecuado. Del mismo modo, una inquietud que cada uno de nosotros como profesionales y trabajadores de la más diferentes actividades compartimos es el temor a quedar obsoletos y ser reemplazados por algún sistema inteligente.

Pero, a esta intranquilidad que ya veníamos teniendo en los últimos años, desde principios de 2020 le hemos agregado un punto adicional: el efecto COVID-19, con la aceleración de muchas de las tendencias y la eliminación de innumerable cantidad de fuentes de trabajo. Es lo que el Foro Económico Mundial – una de las instituciones que mejores y más profundas investigaciones realiza en este campo- denomina “la doble disrupción”: automatización y pandemia. Ello trae aparejado una transformación de la mayoría de los trabajos.

Y el propio informe del Foro Económico Mundial -Future of Jobs Report- destaca un dato clave: el 50% de los trabajadores a nivel global deberán reciclarse y aprender nuevas habilidades desde ahora hasta 2025, a medida que a la adopción de nuevas tecnologías se incrementa.

Según la investigación - Jobs On The Rise- publicada por LinkedIn, se generarían unos 150 millones de nuevos empleos tecnológicos en los próximos cinco años, para los próximos 24 meses, proyecta que cambien el 42% de las habilidades básicas necesarias para realizar los trabajos existentes y enfatiza que el mundo se enfrenta a una emergencia de reconversión.

¿Cuáles son las habilidades clave que se requerirán para los próximos cuatro años?

  • Pensamiento analítico e innovación.
  • Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje.
  • Resolución de problemas complejos.
  • Pensamiento y análisis crítico.
  • Creatividad, originalidad e iniciativa.
  • Liderazgo e influencia social.
  • Uso, control y monitoreo de tecnología.
  • Diseño y programación de tecnología.
  • Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad.
  • Razonamiento y resolución de problemas.

    Como podemos visualizar, la dirección está claramente definida, la gran pregunta es cómo llegamos, qué camino recorremos. ¿De qué manera aprendemos e incorporamos estas habilidades, conocimientos y competencias?

    Las propuestas que se están sugiriendo desde los diferentes entes especializados y referentes a nivel global pasan por tres opciones, complementarias: upskilling, reskilling y outskilling.

    FUENTE: Alejandro Melamed. INFOBAE